martes, 21 de julio de 2009

"Estrellas de cine"


Las nuevas estrellas "asimilables", estrellas modelo-de-vida, corresponden al llamado cada vez más profundo de las masas hacia una salvación individual, y las exigencias se concretan en un nuevo sistema de relaciones entre lo real y lo imaginario.
La estrella no es idealizada solo por su papel: ya es, al menos en potencia, idealmente bella. En efecto, con mucha frecuencia la belleza es un carácter no secundario, sino esencial, de la estrella.
La belleza es una de las fuentes de la "estelaridad". La industria cinematográfica no se conforma con buscar bellezas naturales, sino que también ha suscitado o renovado un arte del maquillaje, del vestuario, del modo de andar, de los modales, de la fotografía y, en caso necesario, de la cirugía que perfecciona, mantiene o incluso fabrica belleza.
La exigencia de belleza es al mismo tiempo una exigencia de juventud, es por esto que los institutos de belleza se han consagrado al rejuvenecimiento con más y más eficacia: la juventud no tiene edad.
El acceso a la estelaridad depende de un azar. Este azar es una casualidad, esta casualidad es una gracia. La belleza y la juventud son las primeras condiciones de gracia. Esto demuestra entonces, que muchas veces se dejan de lado cuestiones importantes como el talento y la experiencia, para poner en primer plano a la belleza.

MORIN, EDGARD. Las estrellas de cine. Editorial EUDEBA, Buenos Aires, 1964.

No hay comentarios:

Publicar un comentario