martes, 21 de julio de 2009

Se Declara a los Medios Culpables

Muchas veces al hablar de estos trastornos alimentarios es común asociarlos a los medios como desencadenante del problema.
No es ninguna novedad que temas como el materialismo o la superficialidad sean atribuidos a los medios de comunicación pero al referirse a un trastorno alimenticio, una enfermedad, no podemos acusarlos de tener toda la culpa pero son 
los  los principales impulsores de la anorexia los factores desencadenan este tipo de enfermedades son de tipo familiar, personal y social, teniendo en cuenta que cada persona reacciona distinto a los mensajes provenientes de los medios. Las personas son ametralladas con avisos publicitarios con mujeres y hombres que sin la ayuda del photoshop y la iluminación no serian capases de poseer el cuerpo que se exhibe en las gráficas o canales de televisión, canales de moda con mujeres que apenas pueden mantenerse en pie para poder llevar esos extravagantes atuendos que difícilmente alguien podría utilizar en la vida cotidiana, y testimonios de famosos que mágicamente bajaron de peso en escasos días con métodos sumamente “saludables”. Los medios pueden ser de gran ayuda para educar pero en otros casos pueden ser un arma mortal para aquellos que se dejan influenciar sobre temas que no tienen conocimiento alguno. 
Según un estudio realizado por la Universidad de Jaén España, más de la mitad de las mujeres confiesan no sentirse "suficientemente delgadas", un 17 % de os hombres demostró sentirse de esa misma manera. Por desgracia remitiendo a lo anteriormente dicho, los MMC en la actualidad están actuando como armas mortales para muchos sectores de la población, y son muy pocas las empresas que desarrollan campanas para tratar de revertir los efectos que los medios producen.

"Estrellas de cine"


Las nuevas estrellas "asimilables", estrellas modelo-de-vida, corresponden al llamado cada vez más profundo de las masas hacia una salvación individual, y las exigencias se concretan en un nuevo sistema de relaciones entre lo real y lo imaginario.
La estrella no es idealizada solo por su papel: ya es, al menos en potencia, idealmente bella. En efecto, con mucha frecuencia la belleza es un carácter no secundario, sino esencial, de la estrella.
La belleza es una de las fuentes de la "estelaridad". La industria cinematográfica no se conforma con buscar bellezas naturales, sino que también ha suscitado o renovado un arte del maquillaje, del vestuario, del modo de andar, de los modales, de la fotografía y, en caso necesario, de la cirugía que perfecciona, mantiene o incluso fabrica belleza.
La exigencia de belleza es al mismo tiempo una exigencia de juventud, es por esto que los institutos de belleza se han consagrado al rejuvenecimiento con más y más eficacia: la juventud no tiene edad.
El acceso a la estelaridad depende de un azar. Este azar es una casualidad, esta casualidad es una gracia. La belleza y la juventud son las primeras condiciones de gracia. Esto demuestra entonces, que muchas veces se dejan de lado cuestiones importantes como el talento y la experiencia, para poner en primer plano a la belleza.

MORIN, EDGARD. Las estrellas de cine. Editorial EUDEBA, Buenos Aires, 1964.

Obsesión por la Talla

Parte 1

Parte 2

El hombre en la sociedad de hoy

Los medios masivos de comunicación están insertos en una sociedad con características propias y dentro de una cultura que llamamos “post-modernidad”.
Las tecnologías audiovisuales tienen un papel hegemónico en la comunicación y gracias a ellas todo es omnipresente: Hay muchas imágenes sofisticadas, acompañadas de pocas palabras, y ésta es la forma de comunicación predominante. Las imágenes intentan provocar un impacto y orientar una conducta.
En la conducta posmoderna se acentúa el individualismo hasta el nivel del egoísmo, en un proceso de personalización que abarca todos los aspectos de la vida social.
La consigna de esta época es: mantenerse joven. Se exalta el cuerpo a través de una variedad de dieta, gimnasias de distinto tipo y cirugías estéticas.
La sociedad posmoderna es la era del vacío en la que los sucesos y las personas pasan y se deslizan, en la que no hay ídolos ni tabúes definitivos. Ausencia de trascendencia, no solo en un sentido religioso, sino que también desaparece la trascendencia laica de una vida consagrada a un ideal (cualquiera que este sea).
En la sociedad posmoderna no hay lugar para fuertes compromisos; la sociedad es como es y la idea de cambiar radicalmente a la misma no se le ocurre a nadie.

LIPOVETSKY, GILLES. La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona. Anagrama. 1986.

"El Hombre Light"

En los últimos años se han puesto de moda ciertos productos Light (bebidas, alimentos, etc.) y junto con estos productos se ha ido gestando un tipo de hombre que podría ser calificado como el hombre Light.

¿Cuál es el perfil psicológico? Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa educación humana. Se interesa por lo pragmático y solo el nivel superficial de las cosas; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe y en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo acepta todo, pero que carece de criterios sólidos.

 Sus valores son:

 -Materialismo: Hace que un individuo tenga cierto reconocimiento social por el único hecho de ganar mucho dinero.

-Hedonismo: Pasarlo bien a costa de lo que sea el nuevo código de comportamiento, lo que apunta hacia la muerte de los ideales, el vacío del sentido y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas excitantes.

-Permisividad: Arrasa los mejores propósitos e ideales.

-Revolución sin finalidad y sin programa: La ética permisiva sustituye la moral, lo cual engendra un desconcierto generalizado.

-Relativismo: Todo es relativo, con lo que se cae en las reglas presididas por la    subjetividad.

-Consumismo: Representa la fórmula posmoderna de la libertad.

 En esta realidad sociocultural va surgiendo el nuevo hombre Light como producto de su tiempo, y con los siguientes ingredientes:

-Pensamiento débil.

-Convicciones sin firmeza (Sus opiniones cambian rápidamente).

-Asepsia en sus compromisos.

-Indiferencia.

-Busca el placer y el bienestar económico.

 

ENRIQUE ROJAS, El Hombre Light, Editorial Booket, México, 2003

El esteretipo de belleza HOY

El prototipo de belleza responde a un modelo cultural que debe seguirse y que distorsiona sensiblemente la realidad, lo cual puede provocar, en algunos casos, daños físicos y psíquicos. Existe una distinción entre realidad y representación ficticia, y mucho más cuando se trata de cánones o prototipos de belleza.

Los hombres y las mujeres de hoy pasamos muchas horas al día en el gimnasio o haciendo cualquier deporte, controlando las calorías en nuestras dietas, utilizando cosméticos, tostando la piel, cambiando de peinado, de vestimenta o acudiendo a la cirugía para buscar nuestro ideal de belleza.

El prototipo de belleza de la mujer delgada, está promovido por la industria de la belleza. La obsesión por la imagen ha ido impidiendo en muchos casos que la mujer pueda desarrollarse social y culturalmente, de modo que es la moda lo que provoca la tiranía de la belleza a la que está sometida, sobre todo, la mujer.

Obseción por la talla.

Hacia el estereotipo de belleza

Los cánones o patrones de belleza, variables y pasajeros, han respondido a motivos sociales y económicos. Así, por ejemplo, las mujeres ricas de antaño debían ser gordas para demostrar que no tenían por qué trabajar y que comían abundantemente. Hoy día, en los países desarrollados, la obesidad es considerada una especie de epidemia que provoca miles de muertes debido a enfermedades derivadas del exceso de peso. Y eso no vende. Lo que hoy tiene éxito y se vende es un cuerpo delgado, ágil y esbelto que demuestre a los demás que puede consumir alimentos escogidos y tiene tiempo suficiente para ir al gimnasio o hacer deporte.

Como fue mencionado anteriormente, los parámetros de belleza no fueron siempre los mismos. Antes, el modelo de mujer voluptuosa se contraponía a las flacas con poco para mostrar. Pero ahora las modelos se destacan por sus cuerpos esqueléticos con escotes desbordantes, casi un contrasentido.



El estereotipo de belleza HOY.