lunes, 15 de junio de 2009

Hoy en día se "es" prácticamente el cuerpo que se posee

El sacrificio y la dedicación encaminada a trabajar la propia exterioridad se ha convertido en un requisito de la aprobación social y el éxito personal. Alejarse de las pautas reconocidas por el grupo de pares solo puede desembocar en un profundo temor por vivir en el propio cuerpo. Existen en la conciencia ciertas pautas estéticas impuestas a través de los medios de comunicación social, que utilizan imágenes de cuerpos cada vez más delgados. En la sociedad actual las mujeres trabajan arduamente para construir estas formas óptimas de un imaginario esquema corporal, tan perfecto como inaccesible. De este defasaje, entre el modelo de belleza impuesto por los medios de comunicación (publicidad, fotografía comercial, etc.) con la propia apariencia, surge la búsqueda obsesiva de estos cuerpos deseables. La estandarización actual de los cánones estéticos, su grado de penetración y universalización puede atribuirse a la hegemonía de ciertos atributos corporales considerados legítimos (esbeltez, juventud), que son exaltados y difundidos hasta el hartazgo por los medios masivos de comunicación. La publicidad gráfica y televisiva juega en esta dimensión un papel relevante por la estrategia publicitaria de apelar a estereotipos (formas de categorización, de simplificación extrema, sistemática y rígida), en la búsqueda de nivelación de preferencias para el consumo. El consumidor en nuestra sociedad es sometido regularmente a múltiples tentaciones, pero también a innumerables preocupaciones dietéticas. Esto quiere decir que el estímulo y la represión forman parte de la lógica de los medios de comunicación social, siendo esta perversa, por promover algo inaccesible.

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